Este es un
maravilloso primero de junio de un año actual o de alguno que se quedó inmerso en aquel
ayer, que trae consigo un hermoso despertar. Es una sensación muy placentera el
encontrar amigos que se fueron
dispersando en el ayer. Aquellos con quienes crecimos escuchando las mismas
melodías; los mismos espectáculos de la calle fuimos disfrutando. Conocemos los mismos nombres de personas que íbamos escribiendo dentro de la lista de los conocidos, que jamás van a permanecer en el olvido.
Son
múltiples las experiencias de amor y esperanza que han hecho un nido de colores
y distintos olores en el diario vivir.
Cerrar los ojos y descubrir cada magia sutil, que la vida misma fue recopilando
en el caminar.
Que
placidez va sintiendo mi corazón cuando
se detiene a observar como surgen de entre esas historias personales, grupales y familiares, un mágico
mundo de la amistad. Tantos amigos que construyeron un espacio cálido y seguro.
Una familia hermosa, que sobrevive en medio de tantos aconteceres. Gracias a
ti: Vida! Por tanto regalo en este ahora que
supera el ayer.
Miro al ayer
de aquel junio… y descubro que conservan
entre sí, un enorme parecido. Imposible
ignorar la magnitud del amor, la alegría, la esperanza. La fuerza, todo aquello
que fuimos estableciendo en nuestras vidas de niños, adolescentes y adultos
mayores.
Es una fantasía
hacer el recorrido del alma. Sentir la brisa de la una mañana de junio, donde
han surgido del Ayer, aquellos amigos con los que ame, goce y soñé la vida. Imagino
el color de la cuerda de ilusión que fue amarrando cada momento de encuentro o
desencuentro. Y, me pregunto: qué hacer con tanto amor para entregar? Y… aquí
estoy mi amigo junio… de un año sin precisar. Buscando recuperar un Ayer
maravilloso que fue testigo de mi
caminar tranquilo y profundo. Con muchos interrogantes por resolver. Recuperar
el ayer con mis amigos, con mis cercanos, con aquellos vecinos con quienes fui
amando mi hoy y mi ayer.
Bea12
Reno.
Junio 3 , 2013
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