LA BRISA,
EL AGUA Y EL DESCANSO!
Descubrir la vida desde el amanecer de un grato
domingo. Compartiendo cada sensación de búsqueda junto a personas amadas. Recrear la vista con el colorido de la montaña,
mientras el auto se desplazaba de manera tranquila y segura. Esa experiencia de
poder viajar como observador, sin la más mínima preocupación por el volante,
por el camino, por los ruidos de la calle. Percibir en la piel la brisa fresca
de un verano frio. Escuchar la vocecilla agradable de un hombrecito hermoso que
disfruta conmigo cada imagen que surge a través de la ventana. Fue mágico el
momento de encuentro con un Lago que muchas veces he visitado…. Pero cada vez
adquiere una nueva connotación a mis ojos, a mis sentidos.
La composición fotográfica que hace mi cerebro:
escoge las diferentes gamas de color verde que aportan los árboles; los sonidos
de las gaviotas saludando a los visitantes; los patos que se deslizan por el agua invitando a los visitantes
a dejarse impregnar del frio del agua seductora que forma una sola imagen con
la fuerza del sol; tantas rocas puestas por la naturaleza misma en algún momento de su andar. Toda una escenografía que fue creada para cada
uno de los sedientos de belleza; el comienzo de una mañana fantástica y
rebosante de regalos para aquellos que fuimos dejándonos sacudir por la magia y
la gracia. La música de las olas que golpean la playa, transportaba mis ojos a
muchos sitios que he amado en mi trasegar.
Tome la decisión de desconectar la vida de
cualquier forma tecnología que pudiera contaminar tan maravilloso regalo. Los ojos de aquel chiquillo se movían al ritmo del viento.
Juntos fuimos explorando tantos momentos mágicos. El contacto con la arena
caliente y espesa nos motivaba a caminar cada vez más a prisa. La fuerza de las
olas que golpean la playa nos permitía sentir en la piel el frio y la brisa.
Y ahí
llegaste tú… mis ojos grabaron tu imagen. Que venias a musitar mi extraña gaviota? Sé que habías caminado mucho y
buscabas una voz cálida que se recreara con tu velocidad y tu movimiento
rítmico al planear tu encuentro con la playa. No pude evitar traer a mi
memoria… alguien que debía haber mirado el vuelo de esa gaviota en otro
amanecer cercano.
Hoy… en el anochecer de un domingo en un verano grato, he vivido la
armonía entre la brisa, el agua y el descanso.
Maravillosos momentos de búsqueda y de entrega; Con personas acogedoras
y sencillas. Construyendo castillos de colores con las risas y los juegos. Siempre traes una nueva imagen
a mi caminar mi amado Lago Tahoe. Siempre quiero conocer más y más de ti. Te he
dejado mis suspiros y mis profundas miradas. Antes de concluir la noche, aquí me
tienes escribiendo y disfrutando la vida.
Bea 13
Lake Tahoe. USA. (07-14-2013)
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